martes, 16 de septiembre de 2008

Viva México Cabrones! (o la reseña sobre la celebración de Independencia)

Desde hace un mes esta ciudad esta tricolor: verde, blanco y rojo están por todas partes. Los carros han puesto banderas en las ventanas y en cada esquina hay un puesto de cosas inútiles y decorativas de los consabidos colores: cintas para el pelo, pintura para la cara, burritos, sombreros de todos los tamaños, llaveros y por supuesto banderas (sino los dueños de los carros, de dónde las sacarían?). Y todo se debe a la Independencia. Al Grito.

Un poquito de historia.
Hace 198 años (es decir en 1810), un grupo de criollos decidió rebelarse y buscar la independencia. El 16 de septiembre, el cura Miguel Hidalgo se reunió con sus compañeros y con el grito Viva México y el toque de la campaña de Dolores (el pueblito en el que estaban) se inició la revuelta popular que desencadenaría en la independencia.

Esto sobra decir es la versión resumidisisisima de una historia larga y tan compleja como la colombiana, con avances y retrocesos que la verdad no voy a reseñar aquí. El único detalle que incluyo es que Hidalgo, que nunca fue típico cura tranquilito de pueblo (además de organizar la rebelión, leía libros prohibidos por la iglesia católica, apostaba y tenía una amante), fue capturado y asesinado en 1811 en Chihuahua. De allí, su cabeza fue trasladada a Guanajuato donde con las cabezas de otros héroes fue puesta a modo de exposición en unas jaulas por 10 años (aparentemente en vez de ir a cine o a un museo, la gente iba a ver las calaveras descomponiéndose, todo muy bonito). Eventualmente cuando el movimiento independentista triunfó, trajeron al DF las cabezas y las enterraron en el Monumento a la Independencia.
Cerdos con bigote.

Antes de partirme la muñeca, mi idea era ir a Oaxaca este puente. Sin embargo, entre que la mano todavía duele y que el bolsillo ha sufrido bastante (ver entrada anterior) decidí quedarme y convencer a Rodrigo de ir conmigo a ver el Grito en el Zócalo (para aquellos que no sepan, la plaza más grande de la ciudad, como la Plaza de Bolívar en Bogotá).
El centro estaba lleno de gente. Nosotros llegamos a las 5 y media (ojo el grito es a las 11 pm) y ya las calles estaban llenas. Y como esto es México eso significa que había un puesto de comida cada dos pasos: tacos, pozole, tostadas, tlacoyos, etc, etc, etc. Lo que a uno se le ocurra. De las cosas que me divirtieron fueron unos panes enormes donde estaba escrito el tradicional “Viva México Cabrones” y unos menos festivos: “Para hacerle la barba a mi suegra” que de acuerdo a mi guía significa algo así como para hacerle el bonito a mi suegra. Además, había un par de cabezas de cerdo con sombrero y bigote, cosa que me pareció muy divertida pero poco atractiva a la hora de comer.
Y si yo creía que había visto toda la parafernalia de la Independencia, muy pronto resultó claro que me había equivocado. Las calles estaban inundadas de puestos con los objetos anteriores y otros nuevos: aretes, cinturones, pestañas postizas, antenitas (que yo feliz compré) y más y más sombreros de todos los estilos (mariachi, tejano, etc). Obviamente todos de los colores de la bandera. Además, vendían espuma y huevos llenos de confeti para echarle a las personas, razón por la cual muy pronto las calles estuvieron blancas y un tanto resbalosas.

Un tris de política.

Hacia las 9 de la noche y tras tomarnos un par de cafés, Rodrigo y yo decidimos que la lluvia no iba a intimidarnos más. Si tocaba mojarnos para ver el grito, pues nos mojaríamos. Y nos fuimos al Zócalo. Esta plaza que es enorme, esta desde hace un mes decorada como si fuera navidad. Luces de colores forman las caras de los héroes de la patria, el escudo nacional y claro la campana que tocó Hidalgo.

Pero así como en la época de Hidalgo el país estaba dividido entre criollos y peninsulares, hoy México sigue fragmentado. Al día de hoy los rollos de la elección del 2006, donde se dice hubo fraude, se mantienen. El perdedor de aquellas elecciones, Andrés Manuel López Obrador, lleva desde entonces protestando y ayer resolvió hacer su propio grito (tarea exclusiva del presidente) unas horas antes. El ex candidato además, ha tomado la reforma energética como su caballito de batalla en contra del presidente a quién no baja de vende patrias por su interés de privatizar la empresa de petróleos mexicana Pemex. Total que el Zócalo tenía dos tarimas. De un lado, la oposición con grandes pantallas y del otro la ventana desde donde el presidente daría el grito.
En un acto de inteligencia política, López Obrador decidió no enfrentarse en un mano a mano con el presidente Calderón, razón por la cual, dio su grito a las 9 de la noche, un rato antes de que llegáramos Rodrigo y yo. Nosotros sólo oímos un par de canciones de ese lado y punto.
Una fiesta con un extraño sabor colombiano.
Para que la gente no se aburriera, en el Zócalo había música. Así se presentó Celso Piña quién toca cumbias, las cuales son adaptaciones mexicanas de la cumbia colombiana. La canción con la que abrió era un vallenato y luego siguió con otra que se llama Macondo:

La verdad era un poco extraño estar en el Zócalo mexicano, rodeada de miles de mexicanos, vestidos con la bandera mexicana, oyendo un vallenato como "Los caminos de la vida".

Debo decir que me impresionó mucho el civismo de la gente. No hubo atropellos y no vi a nadie borracho. De acuerdo con Rodrigo esto es porque la gente se emborracha después del grito y no antes. Yo digo que es porque no hay guaro para pasar encaletado en botellas de agua. Cualquiera que sea la razón me pareció bastante extraño.
Luego de esta presentación finalmente empezó el festejo de verdad. En uno de los cuatro lados del Zócalo esta el Palacio Nacional, donde está el poder ejecutivo del país. En el edificio hay un balcón, en dónde el presidente se para y como hace 198 años hace sonar la campana. Y tras hacerla sonar da el Grito: “"Mexicanos!: ¡Vivan los héroes que nos dieron Patria!; ¡Viva Hidalgo!; ¡Viva Morelos!; ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!; ¡Viva Allende!; ¡Viva Aldama y Matamoros!; ¡Viva nuestra Independencia Nacional!; ¡Viva México!; ¡Viva México!; ¡Viva México!" y vuelve y suena la campana. Y la orquesta nacional empieza a tocar el himno y luego canciones tradicionales mexicanas, algunas reconocí, otras sí ni idea. Pero la mayoría de la gente parecía conocerlas y las cantaban. Luego hubo un espectáculo de fuegos artificiales absolutamente hermoso.

Si quieren ver el Grito tal y como lo vi yo (desde un poco más lejos) aquí esta en youtube:


El final: un par de reflexiones.

Antes de meterme con las reflexiones de verdad debo decir que lo único que no me gustó y que me pareció que faltó fue un poco más de previsión por parte de las autoridades. Para empezar esa noche el metro ha debido correr gratis y segundo ha debido correr más allá de las 12 de la noche. No se puede fomentar que la gente deje el carro en la casa si no les dan opciones con el transporte público. Pero bueno, eso es mi opinión.

Lo que no pude dejar de preguntarme es “Y nosotros en Colombia?”. Llevo en enero desde aquí y ya sé que la independencia de México fue hace 198 años. La de Colombia ni idea. Y el 20 de julio nunca se hace nada y a nadie se le ocurre vestirse de amarillo, azul y rojo o ponerse pestañas postizas con esos colores. Aquí quienes no van al Zócalo o a las otras celebraciones en distintas partes de la ciudad y del país, se reúnen en familia y hacen una cena al mejor estilo de navidad. Nosotros nos quedamos en la casa, aburridos y sin plan porque todo está cerrado y no hay nada que hacer.
Yo nunca he sido amiga del nacionalismo. No lo entiendo del todo. Supongo que es algo parecido al fervor religioso: se siente o no se siente. Además, me da miedo porque puede volverse peligrosísimo (sino pregúntenle a los italianos). Pero estando aquí si da un poco de envidia. Hay héroes de la patria, de la independencia, de la revolución. Nosotros a duras penas tenemos a Bolívar (que no era colombiano) y a Santander (quien si nació en Colombia). Y además, hay símbolos por todas partes, las calles se llaman como los héroes y en cada rincón uno encuentra un águila (símbolo patrio).

Y más allá de los héroes y símbolos (que tampoco tenemos) está la cuestión de la identidad. Existe una identidad colombiana? Acaso hemos pasado tantos años matándonos entre nosotros que no hemos tenido tiempo y espacio para construirNos? A lo largo de la carrera vi muchos autores que hablaban del concepto de nación, pero debo aceptar que no empecé a preguntarme sobre el concepto verdaderamente hasta que llegué acá (o tal vez si lo hacía pero para responder preguntas de parciales y ya).

Alrededor de qué hemos construido nuestra identidad nacional? A qué nos aferramos para creer en nosotros mismos? A nuestros héroes los hemos matado nosotros mismos y en la mayoría de los casos ni siquiera hemos podido saber quién fue. Qué es lo que nos une? Fútbol? Guerrilla? Reinas? Coca? Café? Qué?
Y ahora tenemos al presidente Uribe. A quién hay que reconocerle que ha logrado establecer un imaginario colectivo sobre lo que somos como país. Pero con unos costos altísimos en términos de polarización e intolerancia. Y con el peligro profundo de que el día que él se vaya del poder (si ese día llega), se desaparece lo que se ha construido sobre aire.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Híjole, me encantó!! Viva México, Cabrones!!
Por cierto, el 20 de Julio también fue en 1810.
Y estoy de acuerdo con toditito lo demás. Orale.

Anónimo dijo...

Oiga me parece que tiene toda la razón. Que bonito suena el México, me da gusto que lo haya disfrutado más usted que otros amigos que yo tengo mexicanos. Reciba un cordial saludo. Y otro para su novio Rodrigo.

Atte.

Juan R. Basta Rudillo

Anónimo dijo...

Es su tarea como colombiana al menos saber la fecha de independencia de su propio país: 20 de julio de 1810

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